Esta es una carrera especial. Es muy rápida. Tiene siempre una pléyade de atletas de enorme calidad. Y hay muchos runners. Hasta 1500 este año se dieron cita en una nueva edición una vez más lluviosa aunque no desapacible.
Conseguí movilizar a mi mujer y a los niños y nos desplazamos con algo de tiempo para poder aparcar. Una vez hecho el pequeño calentamiento me dirijo a la salida escuchando con emoción a la charanga tocar los acordes de "carros de fuego" Entro en el cajón, me voy un poco para adelante y me quedo junto a otros atletas en los interminables 10 minutos antes de la salida. Oigo de todo, ritmos de paso, sueños de marca, lamentos por el día. Esto es correr!! Espero con paciencia la orden de salida y decido que iré a fondo hasta que el cuerpo aguante,....
Y vamos!!!! Salida como siempre muy rápida, veo a varios corredores de mi equipo que me adelantan, esta obviamente no es mi carrera e intento concentrarme en marcar un ritmo en torno a los 4 min por km
Bueno van pasando los km y ahí sigo. Veo abandonar a bastante gente y pasamos por el 5000 en
19´50´´ Venga vamos!!! Los km van pasando pero voy perdiendo fuelle, algo no va bien. Me empieza a doler la zona del biceps femoral primero una pierna luego otra,...y lentamente voy perdiendo ritmo y sufriendo con impotencia
Luego lo mejor, la familia que te arropa, tu mujer que te cuenta la anécdota de la jornada cuando llega a meta el primer español Toni Abadía con un marcón alucinante de 28´04´´ haciendo segundo en la carrera y mi hijo pequeño Alejandro que pregunta ingenuamente "ahh pero no es papá?"
Luego a los 2 días cuando me estaba dando un masaje con Berto mi colega del viejo equipo de entreno de tri, me di cuenta de que no era un resultado tan malo y que había que intentar venirse arriba,...
Bueno y que mejor para ello que meterse en otra carrera. Aprovechando mi viaje a mi tierra el bierzo, me inscribí en la carrera de la pascua de Cacabelos, la carrera más antigua de León con 36 ediciones, 10 km de distancia para ponerme nuevamente a prueba,...
Bueno aquí me tomé las cosas de forma diferente. Teniendo tan cercana la anterior prueba, con tan sólo 5 días de distancia, me limité a disfrutar de la carrera, en un día que amaneció un tanto frío para luego lucir luminoso. Marqué un ritmo regular de más a menos para ver una vez más como me sobrepasaban atletas pero sin sufrir en exceso. Al final 43,05 para acabar la semana de carreras de forma digna.
Luego he aprovechado para descansar un poco, ver a la familia y a mi amigo Raúl, que estaba un poco en barbecho esperando volver a entrenar con el futuro puesto en la media maratón de Ponferrada. Le piqué un poco y nos fuimos a trotar por elCastrelín en una tarde de perros martilleados por el agua, pero disfrutantando enormemente de un circuito precioso en una magnífica compañía. Ahora sólo queda ir lamíéndonos las heridas y afrontar el siguiente reto con fuerza: la media maratón de Hoznayo!!