Panes-Potes siempre es una carrera especial. Es dura. Es larga (28,5 km) lo que la hace ideal en la preparación de un maratón de otoño. Tiene un encanto especial correr por el desfiladero de la Hermida, con la montaña abrazándote. En resumen una carrera para no perdérsela. Este año estaba con mejores sensaciones que otros años. Poco a poco los entrenos van saliendo y sabía que no iba mal aunque todavía no haya cogido el pico de forma.
Me planté con la familia el día antes en una preciosa casar rural situada a pocos km de la salida. La idea era evitar el madrugón del domingo y hacer un poco de turismo. Salió todo perfecto, incluyendo
una fantástica visita a la zona de la Tina menor,....
El día de la carrera, amanecimos ok y nos acercamos a la línea de salida. Yo tenía algunas dudas puesto que el entrenador me había dicho que corriera entre 160-165 ppm en la primera parte y entre 165-170 en los últimos km. Me parecía un poco agresivo y más cuando la carrera es un continuo cuesta arriba con la parte más dura al final. Así que tiré por la calle del medio y busqué un ritmo cómodo a 4,55 por km, a mi ritmo objetivo de maratón y con el plan de subir algo al final.
La carrera comenzó con mucha animación. Rápidamente enganché un grupo prometedor que con 15-20 corredores marcaba el ritmo que quería, Iba mirando cada poco al pulsómetro sin encontrar demasiadas subidas manteniéndose sobre 155. Intenté beber en todos los avituallamientos y me mantuve con el grupo hasta que poco a poco nos fuimos quedando sólo unos pocos, Hice un intento infructuoso de ir hacia delante pero al final me conformé con mi ritmo y me acerqué a la meta cansado pero con la satisfacción del deber cumplido
Al final 2h19m50s mejorando 3 minutos mi mejor marca y sin sufrir más de lo necesario. Vamos cogiendo la onda a la distancia,......
Primera piedra de contacto. Siempre al preparar una maratón intento correr 3 carreras largas. La primera simplemente con idea de coger ritmo. En este caso llegaba un poco tocado al Bajo Pas. Una media maratón muy bonita, que recorre el río del mismo nombre y que siempre se me había atragantado, en parte por la humedad en parte por el ritmo alto con el que había planeado correrla.
Esta vez decidí ir a un ritmo uniforme de 5 el km el que pretendo llevar en la maratón y tomar decisiones cada 5 km en función de mi estado.
De entrada la lluvia que amenazaba la carrera no apareció y nos permitió correr de forma fácil y sin agobios de calor o humedad. Salida a 5 el km y rápidamente veo como me pasa mucha gente. Intento no desanimarme y simplemente seguir mi ritmo. Paso el Km 5 a 15 clavados y veo como el pulsómetro marca 155 pulsaciones. Me veo cómodo pero no decido subir más que mínimamente el ritomo. Se que hay una subida dura entre el 10 y el 12 y voy reservando.
Paso el 10 en 49.45 y veo como me pasa el globo de 1h45m. Mantengo el ritmo bien y las pulsaciones sobre 160. Coronamos la cuesta del cementerio y tras la bajada pongo marcha de crucero a 4.45 y voy pasando gente. El final es muy esperanzador con ritmo de 4.30 y pasando el globo en el km 19 para acabar muy rápido haciendo mi mejor km el último. Llego fácil a meta en 1h43m50s. De acuerdo es un tiempo mediocre pero ahora se trata sólo de coger ritmo e ilusión de cara a futuras citas
