domingo, 23 de abril de 2017

Maratón de París la crónica: 1 París bien vale una misa

He tardado tiempo en escribir la crónica de la carrera. En parte porque tuve un viaje de desconexión en el que me fui a Qatar a ver a mi hermano, en parte por las sensaciones agridulces de la carrera,...
Pero vayamos por partes. Nos vamos el viernes desde Bilbao mi mujer y yo (siempre es bueno ir a la maratón acompañado). Llegamos por la noche, directos en taxi al Hotel, muy cercano a los Campos Elíseos, punto de salida. Check-in descanso y a acumular energías para la carrera. Decir que traía unas molestias no solventadas en el gemelo y una nueva en la parte posterior del muslo derecho que achaqué a los nervios de la carrera,....
Al día siguiente: desayuno y nos vamos pitando en metro a la feria del corredor. Muy bien organizada y en verdad gigantesca. Primero se entrega el certificado médico (obligatorio para esta carrera) y luego con la reserva en la mano y el DNI te dan el dorsal. De ahí a visitar multitud de stands con muchas y atractivas ofertas. Intento no calentarme y me llevo una camiseta de recuerdo y algunos calcetines de mis amigos de Compressport.
Nos vamos a comer a la vera del Sena. Hace un día precioso, quizás demasiado bueno, con calor. Disfrutamos haciendo algo de turismo la tarde montando en el famoso Batobus y viendo lo maravillosa que es la ciudad desde el río.


Yo mentalmente me quedo con puntos del recorrido y quedo con mi mujer en la plaza de la Concordia para que me de algo de ánimos y un gel sobre el km 28.
A la noche salimos para cenar la típica "cena de la pasta" a un italiano muy chulo llamado César y luego a intentar dormir, dejando como siempre mi ropa perfectamente ordenada para la carrera.


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